El proyecto se concibe como dos volúmenes prismáticos adosados, ambos de la misma longitud pero de anchura y altura diferentes en función de los usos que albergan. El mal terreno sobre el que se asienta obliga a hacer una cimentación por pilotaje. Este solar es una parcela triangular que linda con el colegio existente. Se toma como altura máxima la del colegio, y se adopta la menor altura en la pieza de los vestuarios que está más próxima al mismo.
Planta ContextoSe pretende crear un espacio lleno de luz protegido del exterior. Provocar en el visitante la sorpresa de pasar de una primera lectura de un edificio cerrado y con pocas aberturas que se tiene desde el exterior, a la percepción real de un espacio de grandes dimensiones inundado de luz, amplio y diáfano. La transición se acompaña además por la compresión que se produce en la altura del vestíbulo de acceso, que se establece en la cota +2,40 del suelo acabado, hasta pasar a la cota +4,80 de coronación del muro de hormigón de la sala que llega a ser hasta de 10 metros en uno de los lucernarios.
Miguel de GuzmánLa luz introducida en el espacio de usos múltiples, se entiende como una luz uniforme que desde lo alto, proporciona una claridad homogénea en todo el recinto. La luz se introduce por 6 lucernarios en diente de sierra, abiertos 4 de ellos por su cara norte, orientándose a sur los dos extremos, para introducir efectos de luz directa que bañen los muros verticales interiores sin incidir en la superficie de la pista. Para introducir un punto de tensión y de equilibrio de luz se introduce un hueco de proporciones cuadradas y arrancando del suelo en el muro noroeste de la sala, que además proporciona un punto de relación visual con el exterior.
Sección LongitudinalLa luz en los vestuarios se introduce de manera puntual a través de 12 huecos dispuestos en los paños verticales de fachada, orientados al noreste, sureste y suroeste respectivamente.
Miguel de GuzmánEl hormigón armado resuelve los cerramientos exteriores y la estructura. Se hace visto al exterior y en el interior de los vestuarios, mientras que en la sala se reviste con paneles de cartón yeso y el pavimento que dobla hasta la altura de los dinteles de los huecos. En los planos horizontales el hormigón está presente también, en forma de placa alveolar pretensada. La cubierta se la sala se realiza con una estructura de cerchas metálicas que alcanzan la altura de 11 metros, doblando la altura de coronación del muro de hormigón. Se revisten al exterior con paneles prefabricados acabados en color blanco. Gres y pintura en el resto de las dependencias interiores del volumen de vestuarios.
Miguel de GuzmánEl proyecto no presenta alardes técnicos más allá de los necesariamente impuestos por las condiciones del solar y de uso del edificio. El hormigón visto al exterior en el volumen de vestuarios dobla en el acceso, formando los muros delimitadores del vestíbulo. Se entiende por tanto el proyecto como una transición desde el exterior hacia el interior apoyado por la continuidad del material que desde el exterior se introduce en el interior del espacio. Del mismo modo, el pavimento de la sala se dobla en las paredes de la misma, formando un vaso, un cuenco, que recibe la luz. Puesto que el edificio se inserta en un tejido urbano de bloques de gran altura se pretende responder a los mismos con una “quinta fachada”.
Miguel de Guzmán Ficha técnica: